Ya bañado, cambiado y hasta con el bolso colgado como si todavía fuera jugador, Diego Ternavasio disfruta en el Jockey Club Rosario sus primeros momentos como entrenador campeón del Argentino de Mayores 2013.
Con basta experiencia como jugador, e incluso tras ser el medio scrum del equipo que se había consagrado en 2010, también venciendo al Ñandú, Ternavasio es ahora uno de los privilegiados de ganar esta competencia en los dos roles.
“Estoy muy contento. Feliz, pero sobre todo por el trabajo que se hizo durante todo el año”, fueron las primeras sensaciones del ahora coach, que con paciencia y tranquilidad destaca el labor hecho por el equipo a lo largo de la temporada, para llegar de la mejor manera a la competencia.
¿Dónde creés que empezó a gestarse este campeonato?
“Este año empezamos a trabajar en mayo, con un encuentro mensual y un plantel de casi 70 jugadores que iban rotando, 30 o 40 por entrenamiento. Así, a medida que cada uno iba terminando sus compromisos con sus clubes, ya arrancamos con todo el grupo completo, dedicándonos pura y exclusivamente al Argentino”.
Teniendo las dos experiencias, ¿cuál es la diferencia de ganar el Argentino como jugador y entrenador?
“Esta es una alegría muy linda, estoy contento por lo conseguido, pero la etapa de jugador es incomparable. Es la más linda. Ahora me toca estar del otro lado, y se disfruta también, aunque por ahí no tenés un momento para descargarte, como si puede hacer el jugador dentro de la cancha”.
“Creo que como entrenador se vive con más nerviosismo. Como jugador era de ponerme nervioso, pero en la primera salida te olvidás, acá los nervios duran los ochenta minutos”.
¿Cuándo llegaste a la cancha de Jockey de Rosario, se te vino a la cabeza el partido del 2010?
“Sí, cuando llegué tuve algunos flashes. La verdad que no soy muy memorioso, pero si tengo recuerdos muy lindos de aquella final".
¿Cómo fue tu decisión de participar como entrenador del Seleccionado este año?
“Desde hace rato que tenía decidido que iba a ser técnico, en cualquier lado ya que me gusta esa parte. Cuando decidí dejar de jugar, Alejandro Molinuevo (Head Coach del Seleccionado de Tucumán) me llamó y me preguntó si realmente había tomado esa decisión, y si era así, si quería colaborar con él. Lo pensé, lo hablé con mi familia y le di para adelante”.
Metiéndonos en la competencia, ¿Cómo viste al equipo en el torneo?
“Creo que fuimos jugando cada vez mejor. Eso es algo propio de un torneo corto, donde hay que ir creciendo partido a partido. Es natural que en los primeros encuentros no haya tanta coordinación y entendimiento, pero había un grupo con una calidad de jugadores muy importantes, que se adecuó rápido a las circunstancias”.
“Además, fue fundamental que en los partidos en los que no jugamos bien, o no salían las cosas técnicas, el equipo apeló al corazón, y ganó. En ese sentido, el partido más significativo creo que fue con Córdoba, que cuando no salía nada, el equipo sacó el compromiso adelante con amor propio”.
¿Qué destacas de este equipo?
“El excelente grupo humano. En el último viaje previo al inicio de torneo, nos propusimos dejar todo en cada momento, sin presionarnos, e ir partido a partido. El éxito para nosotros pasaba por el camino recorrido y no por ganar un partido, eso es lo que nos exige la camiseta y lo que tiene que entender el buen jugador”.
¿Y del juego?
“La disciplina, la defensa, la obtención y el hambre de gloria que teníamos todos. Eso fue fundamental, porque esto era algo que el grupo quería. Lo sabíamos, y eso se notaba cuando todos dejaban todo en cada pelota”.
¿Y por qué crees que salieron campeones?
“Porque tuvimos la convicción de tirar todos para el mismo lado. El equipo estaba convencido de eso, hacia donde iba y qué era lo que quería”.
Por tu experiencia como jugador, y ahora como entrenador, ¿qué diferencia tiene el argentino del resto de los torneos?
“Que es un torneo es muy corto, que dura cinco semanas máximo, y eso lo hace muy intenso. Nosotros lo sacamos adelante porque hemos tenido un grupo de jugadores muy buenos, algunos con condiciones de internacionales y además buenas personas. Es un grupo que te exige mucho, por lo que era un gran desafío, y estoy muy contento por lo logrado”.
¿Por qué crees que Tucumán tiene 10 títulos y es detrás de Buenos Aires es el máximo ganador?
“Porque el tucumano es muy apasionado de este deporte. Le gusta y se desvive por él. La semana que vas a jugar una final o un partido importante todo el mundo te pregunta y te habla de rugby. Es una ciudad en la que se respira rugby”.
Sin embargo, ningún club de la Unión de Rugby de Tucumán pudo ganar el Torneo del Interior o el Nacional de Clubes…
“Sí, creo que esa es una deuda pendiente. Es propio de tener un regional muy exigente. El del NOA creo que es un torneo muy parejo, donde no hay diferencias entre el primero y el octavo, y eso hace que los jugadores lleguen muy desgastados a fin de año o a la fecha de estos torneos”.
“El Seleccionado es lo que más nos gusta. Eso es gracias a la década dorada de Tucumán que marcó el camino para que el jugador que hoy llega a primera ame jugar con la camiseta del seleccionado”.
Marcelo Modad CAP 2024