El oficio de ser árbitro

sábado, 23 de marzo de 2013 Dejá un comentario

El oficio de ser árbitro¿Ha cambiado algo en el referato?. Entrevista a Luis Gray, Presidente de la Comisión de Referís de la Unión de Rugby de Tucumán.

A mediados de febrero, la Unión de Córdoba (URC) sorprendió a las del resto del país al anunciar un considerable aumento en el monto que los árbitros perciben en concepto de gastos de movilidad. En el caso de los jueces de nivel superior, tal incremento llegaba al 100%, pasando de los $200 que cobraban en 2012 a los $400 que perciben ahora. Un monto récord para el país, que llega a duplicar el arancel de la mismísima URBA. Más allá de que se trató de una medida de la URC para igualar los valores que manejaba la FRIC (federación creada recientemente) y evitar el éxodo de referís hacia dicha unión paralela, la magnitud de tales montos resucitó la cuestión de si el arbitraje está virando lentamente hacia la profesionalidad.

Al menos en el caso de Tucumán, la respuesta segura es no. Al margen de que las cifras de la URT están muy lejos de las de Córdoba (en 2012 fueron $120 por encuentro), se debe tener en claro que la implementación de los viáticos no ha modificado en absoluto la naturaleza amateur del referato y, por el contrario ha añadido una cuota de justicia en la tarea de impartirla. Así lo explica Luis Gray, presidente de la Comisión de Referís URT.

"Lo que se cobra es más que nada simbólico, porque no equivale al tiempo ni al esfuerzo que hace cada referí para ir a dirigir todos los fines de semana. No es un medio de subsistencia: ellos van porque les gusta y para colaborar con sus clubes", deja en claro Gray. Partiendo de esa base, no se puede decir que lo hacen por plata.

El arancelamiento arbitral tampoco plantea dificultades económicas, según Gray. "Hasta el año pasado, cada jugador pagaba $350 de inscripción anual en la Unión. De ese monto, alcanzaba con apenas $30 para cubrir la mitad del gasto anual de arbitraje, entre viáticos e indumentaria, ya que la otra mitad se cubría con los ingresos del sponsor propio de los árbitros. Considerando que cada jugador es dirigido en un promedio de 30 partidos al año, resulta que en 2012 cada jugador pagó $1 por partido en concepto de arbitraje. Una cifra ínfima respecto a otros deportes", ilustra el ex juez. De todos modos, aclaró que en las próximas fechas habrá una actualización razonable, considerando los índices de inflación.

Descartando ya el plano económico, cabe concluir que el problema pasa por el lado romántico de la cuestión: si los jugadores no cobran, se piensa que los árbitros tampoco deberían. "Pero no se puede poner en pie de igualdad a unos con otros. La URT tiene más de 3.000 jugadores, pero menos de 70 árbitros. Los viáticos existen justamente para compensar un poco ese desfasaje. Y de hecho, hay algunos que ni los cobran o los donan", expone Gray. Santiago Altobelli, uno de los jóvenes referís de la URT, completa el concepto: "es sólo un gasto de movilidad, para que el árbitro pueda tomar un taxi o pagar la nafta. Pero eso no quita que sigamos haciéndolo por amor al rugby".

» Fuente: Diario La Gaceta.

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