Liderazgos
En una nueva columna Sebastián Perasso analiza los aspectos claves del liderazgo.
Si nos avocamos a la definición la palabra liderazgo refiere a la capacidad para influir sobre los demás.
En otro palabras es el arte de aunar voluntades y capacidades, es decir el querer y el saber.
En ese contexto, el líder es aquel que ejerce influencia sobre los demás. Una influencia que puede tener distintas fuentes.
Están aquellos que influyen desde su talento; otros en cambio utilizan la palabra encendida y su capacidad para comunicar.
Hay algunos que lideran desde su templanza y temperamento, y otros contagian con el propio ejemplo.
Todos, desde distintos lugares y bajo perfiles muy disimiles logran llegar a otras personas e influirlas de manera marcada.
No obstante, está visto que el liderazgo que se ejerce no siempre es positivo.
Puede resultar que la influencia del líder lejos de ser un aporte valioso, pueda ser nociva para los demás.
En el deporte hay muchos ejemplos en ambos sentidos. Los liderazgos positivos logran generar un círculo virtuoso en aquellos que rodean al líder.
Éstos se caracterizan por moldear un ambiente agradable en donde cada miembro conoce su rol y se enriquece bajo la sombra del líder. “Hacer mejores a mis compañeros es lo que más valoro de mi carrera” decía Magic Johnson, gran ejemplo de liderazgos virtuosos dentro del deporte.
Por el contario, están aquellos liderazgos nocivos para el grupo. Ello es así cuando los jugadores que son influidos por el líder, lejos de elevar su rendimiento individual experimentan un nivel bajo, producto de una atmosfera cargada de egos, inseguridad, desconfianza, desmotivación y mala vibra.
¿Cuándo descubrimos que un liderazgo es nocivo? Cuando el líder, más allá de su propio rendimiento personal, lejos de elevar el rendimiento de sus compañeros influye negativamente sobre ellos.
El líder positivo no es aquel que juega bien a la disciplina que practica. Es mucho más profundo y multifacético. Ejerce un liderazgo virtuoso aquel que logra que sus compañeros o dirigidos estén gusto, implicados, comprometidos y disfrutando de la tarea, a mas de sentirse realizados y unidos hacia un objetivo concurrente.
¿De qué manera un líder negativo puede extender su influencia o dominio? A través de maneras diversas. Tomando responsabilidades que no le competen, ya sea por el puesto que ocupa o por su capacidad. En ese caso está impidiendo el crecimiento de otros porque bajo su sobra protectora muchos jugadores no asumen sus responsabilidades y dentro de ese contexto no logran madurar, evolucionar y crecer como deportistas.
Otro ejemplo es el de aquellos líderes que debido a su manera de desenvolverse, a su forma de expresarse o en última instancia a su manera de ser, contaminan ambientes sanos y no crean desde su lugar las condiciones necesarias para potenciar el rendimiento colectivo de un equipo.
En rigor, el líder tiene la capacidad para influir sobre los demás. Pero, más allá de ese importante atributo de la personalidad, los entrenadores y quienes colaboran con el juego deben tener la capacidad para visualizar si los liderazgos que se construyen a su alrededor constituyen un factor positivo para el grupo o lejos de serlo pueden convertirse en algo nocivo para todo el conjunto.
Por Sebastián Perasso para Norte Rugby | @rugbydidactico
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