Luces y sombras de un triunfo inobjetable
Tucumán ganó, goleó y terminó gustando a medias, porque el nivel del rival no ameritó más.
Que Tucumán hizo lo que debía es indiscutible. Ganó con autoridad ante un rival cuya tradición rugbística ameritaba una goleada, y anunció de la manera más contundente sus intenciones de quedarse con el pan y con la torta.
Considerando la paridad de los demás resultados de la primera fecha del Argentino/Cross Border (y el debut postergado de Córdoba y Buenos Aires, por su condición de libres), los "naranjas" primerearon el estatus de candidatos con la diferencia de 33 puntos que rubricaron en el tablero final contra Chile.
Hasta ahí, todo bien. Pero en la claridad de la victoria pudieron apreciarse algunos puntos oscuros, intrascendentes en este tipo de partidos, pero que tal vez resulten decisivos en otros de mayor dificultad. Por caso, el de la segunda fecha, contra Córdoba, dueño de los dos títulos en disputa.
Contundente, agresivo, estoico y solidario son adjetivos que le caen tan bien al 15 tucumano del sábado como los de irregular, impreciso y desconcentrado por momentos. Pero así y todo le sobra para llevarse por delante a cualquiera.
BIEN HECHO
1- La superioridad física dio lugar a una batalla muy desigual
Las seis veces que Tucumán anitó en el ingoal chileno habla de contundencia a la hora de atacar. Por su parte, la defensa mostró tesón y solidaridad para "parar la bronca" en el momento en que Chile se animó a faltar el respeto. Y en el scrum, el pack visitante se quedó sin respuesta frente al poderío de los forwards locales.
PARA TRABAJAR
2- Darle destino cierto a los pases y un poco más de sintonía
Al tratarse de un debut, las imprecisiones eran de esperar. Máxime considerando la inclusión de apellidos de escaso rodaje. Mientras Tucumán tuvo la posesión, la pelota terminó involuntariamente en el piso con mucha frecuencia. Habrá que aceitar la precisión en el manejo de la guinda y corregir algunos errores en la marca.
QUE NO SE REPITA
3- El color naranja se hace mezclando rojo y amarillo, pero...
Dentro del buen trabajo que redondeó Tucumán, el aspecto más criticable fue la falta de disciplina. Si bien es cierto que no regaló penales a diestra y siniestra, se ganó dos tarjetas amarillas y una roja que lo dejaron en inferioridad numérica durante gran parte del partido. Y eso, contra Córdoba, puede ser catastrófico.
» Fuente: Diario La Gaceta.
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