Entrevista a Isabel Fontanarrosa integrante de las "Huarmi" de Cardenales y del seleccinoado nacional de rugby femenino.

¿Cómo viste el rugby femenino este año con nuevo formato a nivel regiones?
Es muy satisfactorio ver como creció el rugby femenino este año. La idea de regionalizar y la posibilidad de hacerlo son realmente buenas. Hay que apuntar al crecimiento a nivel NOA y levantar el nivel de juego ya que con la nueva modalidad el encuentro más fuerte fue el nacional y sólo dos equipos de cada región pueden disputarlo. A su vez creo que debemos mantenernos con un buen número de equipos participantes e incluso incrementar la cantidad de clubes del NOA que apuestan al femenino.

¿Qué cosas mejorarías de lo que pudiste vivir tanto a nivel regional y en el nacional de clubes?
Cosas para mejorar hay millones, lo importante es que cada vez es más la gente que tiene una mirada abierta y positiva frente a nuestra modalidad de rugby. Los dirigentes cada vez nos apoyan más, pero todavía falta. La organización mejoró bastante, pero queda mucha tela por cortar. El Nacional dejó mucho que desear y mucho por corregir a nivel organizativo. Pero todos vamos aprendiendo, los equipos y cada jugadora en particular que cada vez dan un poco más y eso se nota en el físico, en el juego, y hasta en la cantidad de jugadoras comprometidas.

Como Región insisto en que hay que seguir trabajando, tenemos un buen número de equipos que hay que seguir sumando, desarrollando y mejorando el rendimiento. Podemos tener una competencia interesante en el NOA si trabajamos con seriedad y compromiso.


¿Con respecto a las pumas, contanos un poquito lo que fue el Valentín en Uruguay, los juegos ODESUR?
Valentín Martínez Nin es un torneo de clubes que este año tuvo un sabor sudamericano ya que estuvieron presentes las selecciones que hicieron podio en el último torneo de la CONSUR. Eso le dio un tinte especial al hecho de que lo hayamos ganado con uno de los equipos. Me tocó estar en el equipo azul que jugó la final.

Ganamos a Uruguay que venía de superar, en la final al último campeón sudamericano. Eso nos puso muy felices a las 20 jugadoras que formamos el equipo rojo y el azul. Por su parte el equipo rojo demostró un crecimiento en el paso a paso, una gran fortaleza mental al enfrentar tras una derrota nada menos que a Brasil y hacerlo con el 200% del corazón. Resumiendo te cuento una anécdota, estaba viendo el partido y me emocioné bastante, pensé “que tarada que soy” y cuando miré al resto de las chicas al costado de la cancha, todas estaban llorando muertas de ganas de entrar a la cancha a tacklear con nuestras compañeras. Creo que eso resume como vivimos el torneo.

Los juegos ODESUR fueron un coctel de experiencias nuevas, recordemos que jugamos en arena, 5 jugadoras en cancha, todo un reglamento distinto y el correspondiente planteo del juego que cambia a la par del reglamento. El equipo empezó realmente aprendiendo esta nueva modalidad y fue de menos a más. Llegamos a semi final con dos derrotas, y perder con Brasil en una definición tan nueva como lo es un uno contra uno fue quizás una prueba dura para nuestra fortaleza mental. Al final pudimos jugar bien contra Venezuela y quedarnos con una medalla que es algo muy importante y con una mochila tremenda de aprendizaje y nuevas experiencias.

¿Cuáles son los próximos compromisos de la selección nacional de rugby femenino y con qué expectativas van?
Principalmente en marzo son los próximos sudamericanos y en vista a eso se proyectan concentración y tal vez jugar un seven en el exterior, pero todavía no tenemos el aval necesario.

Con vista al sudamericano las expectativas son poder jugar nuevamente la final y tratar de mejorar el resultado del 2011. Para eso el equipo se vienen afianzando y yo tengo mucha confianza en cada una de las jugadoras que aprovecha y sacrifica el tiempo de vacaciones para su preparación.

Por último contanos un poquito como fue tu comienzo en el rugby y que les dirías a las chicas q todavía no se animan a practicarlo.
Bueno, como dice la “Barbie” (Carolina Ohaco, jugadora de selección), el destino es una cosa misteriosa. Empecé a jugar casi de casualidad porque había dejado el vóley y quería hacer algún deporte. El rugby siempre me gustó y siempre fue una opción.

Por suerte descubrí una familia, un deporte que lleva como estandarte valores muy fuertes de amistad, respeto, lealtad, entre otros y eso es algo difícil de encontrar en otro lugar. A demás es un deporte para todos y todas, es muy divertido, desafiante, saca lo mejor de cada persona y te enseña a levantarte siempre y mirar para delante. Si alguna mujer quiere jugar rugby y no se anima lo único que puedo decirles es que no se les ocurra perderse semejante experiencia.



» por Emilio Amadeo para Norte Rugby - Fotos: Valentina Becker