Aniversario de la U.R.T.

viernes, 4 de marzo de 2011 Dejá un comentario

La Unión de Rugby de Tucumán festeja un nuevo aniversario de vida, lleno de gloria y pasión por la ovalada.

A pesar de que a mediados del año 1915 se jugó un partido de rugby en Tucumán, los orígenes del deporte de la ovalada en la provincia del azúcar se remontan, en realidad, a fines de la década del 30, gracias al empuje brindado por el profesor Mario Santamarina, a quien se considera como el gran propulsor del rugby en estas tierras, y fundador de varios clubes.

El primer club en adoptar la práctica del rugby fue Natación y Gimnasia en 1936 (el club se había fundado en 1930 y la comisión de rugby se oficializó el 17 de julio de 1941).

Luego le siguieron Tucumán Rugby, fundado el 5 de setiembre de 1942; el Círculo Universitario (hoy Universitario Rugby Club), fundado el 21 de setiembre de 1943; y Cardenales Rugby Club, creado el 23 de febrero de 1944.

Fueron estas cuatro instituciones, presisamente, las que el 29 de febrero de 1944 le dieron vida a la Unión de Rugby del Norte, actual Unión de Rugby de Tucumán.

» EL RUGBY, UNA PASIÓN TUCUMANA

Desde 1985 y durante diez años, la provincia se impuso como referente de este deporte a nivel nacional y de reconocimiento internacional. Aún hoy la región se desataca y es semillero constante de Pumas, Pumitas y Jaguares. Historias y anécdotas que pintan el fenómeno del gran rugby tucumano.

“Si usted es un aficionado del rugby y si algún día va a la Argentina, no se olvide de presenciar un partido en Tucumán. Allá usted verá una cosa única en el mundo. Única porque esa ciudad, situada en pleno corazón de América del Sur, está chiflada de rugby, y como sus habitantes son orgullosos y acogedores, esto da un espectáculo incomparable. En esta pasión y orgullo se encuentra, quizás, la explicación del empate poco glorioso concedido allí por el quince de Francia. En apariencia solamente, porque cuando uno ha vivido el infierno de Tucumán, se comprende mejor”.

Con este párrafo inició su crónica el periodista enviado por el diario francés Midi Olympique para cubrir el partido que los Naranjas –como llaman al seleccionado tucumano de rugby– le empataron a Francia en junio de 1988. Fue apenas unos siete meses después de que la selección tricolor se ubicara como el segundo mejor equipo del planeta, tras perder en la final del primer Mundial de rugby ante los poderosos y por aquel entonces imbatibles All Blacks de Nueva Zelanda.

“Con el pitazo final del árbitro se produce en Atlético Tucumán lo que no se ve en ningún otro estadio. Los espectadores no sólo cantan sino que también bailan. Y bailan a la brasileña, lo cual le haría decir a Jacques Fouroux (técnico francés): ‘Parece el Maracaná, con 180.000 espectadores menos, pero Maracaná’, con toda su locura y alegría. Ese martes a la noche Tucumán era el campeón del mundo. Los jugadores daban la vuelta de honor en medio de aplausos y danzas. Puedo asegurarles que en Francia nunca se vio algo así, de ningún equipo, ni del público, ni aun después de un título de campeón. Tucumán, sin dudas, es la ciudad más aficionada al rugby de la Argentina. Ahí, donde se perfilan las primeras ondulaciones de la cordillera, encima de los cañaverales, los franceses aprendieron que el rugby puede vivir en otra parte que en el césped demasiado verde de los ingleses y de sus descendientes”.

Así concluía su nota el periodista galo. Así describía lo que vivió aquella noche del 7 de junio de 1988 cuando Tucumán logró empatarle a Francia. Antes, los Naranjas habían conseguido grandes e inolvidables triunfos a nivel internacional: Stade Toulousian (1979) y Counties de Nueva Zelanda (1982), los más notables. También una espectacular victoria en 1982 sobre Los Pumas, aquel equipo argentino que acababa de retornar de Sudáfrica con el único triunfo cosechado sobre los Springboks, aunque con el nombre de Sudamérica XV. Luego del empate sobre Francia llegaron otras memorables noches en el Monumental, como las del tremendo triunfo sobre Francia, por 25 a 23 en 1992, o los partidos ante las selecciones de Inglaterra, de Nueva Zelanda y de Sudáfrica, por nombrar las noches más apasionadas que vivió esta pasión tucumana.

Histórico triunfo de Tucumán ante Frnacia

» ÉPOCAS DE GLORIA

Eran épocas de gloria. Fue la década más rica del rugby tucumano, en la que cosechó siete títulos argentinos (85, 87, 88, 89, 90, 92 y 93). Era la época en que Tucumán mandaba en el concierto nacional, al punto de llegar a contar con ocho representantes en el plantel de Los Pumas que participó en el Mundial 91 en las islas británicas. También de grandes aportes a Los Pumitas. La época en que el rugby de Tucumán trascendió al mundo. La época en la que se consolidó como el segundo deporte de la provincia, después del fútbol; en la que todos, en estas tierras, sabían, al menos, algo de rugby. Cuando la gente que venía de afuera se sorprendía al observar que el mozo, el taxista, los empleados del hotel, cualquier ciudadano común, le podía hablar de este deporte o de los jugadores Naranjas. Porque toda la ciudad era hincha del seleccionado. Fue entonces cuando nació la “mística naranja”. ¿Por qué? Porque esta ciudad está chiflada de rugby, como dijo el periodista francés.

La introducción sirve para ilustrar y comprender un poco mejor por qué el rugby es tan fuerte en Tucumán. Hoy no se lo vive con tanto furor, pero sí con la misma pasión que en aquella época dorada y mantiene un lugar de privilegio en el deporte tucumano. Quizás ya no se llene el Monumental de Atlético como lo hacían los hinchas “decanos”. Esa concurrencia bajó de los 25.000 que colmaban un estadio de fútbol a las 12.000 personas que ocuparon cada centímetro de La Caldera de Lawn Tennis, en la final del Campeonato Argentino de 2008, lo que significó el récord de público en una cancha de rugby. En algo más de quince años cambió el escenario pero la pasión por los colores del seleccionado se mantiene intacta. Porque Tucumán, después de un tiempo de reposo volvió a ser protagonista a nivel nacional. Fue campeón en 2005 y segundo en las tres finales siguientes.

En realidad el rugby sigue siendo el deporte más importante en la provincia después del fútbol. Porque sus equipos, al igual que la selección, son siempre grandes protagonistas en el Nacional de Clubes. También porque se ha incrementado el número de clubes, en especial en el interior de la provincia, con la incorporación de cinco equipos desde 1998 (Tafí Viejo R.C.; Coipu, de Famaillá; San Isidro, de Lules; La Querencia, de Alberdi, y Aguará Guazú, de Aguilares). En consecuencia, también se amplió la base de jugadores.

Los clubes de Primera que participan en el Regional del Norte junto con cuatro equipos de Salta, dos de Santiago del Estero y uno de Jujuy, son: Tucumán Lawn Tennis (último campeón y defensor de la corona, suma siete títulos), Universitario y Tucumán Rugby (veinte títulos cada uno, los más ganadores de la historia), Los Tarcos, (doce), Natación y Gimnasia (siete), Huirapuca y Cardenales (tres cada uno), Lince R.C., Jockey Club, Bajo Hondo y Corsarios.

» CRIADERO DE PUMAS

Lo que tal vez explique mejor la recuperación del rugby tucumano, es que el criadero de Pumas volvió a producir como en los 80 y en los 90. Después de varios años de sequía, cuando los triunfos no acompañaban y la selección albiceleste sólo contaba con un par de tucumanos (Omar Hasán y José María Núñez Piossek), hoy vuelve a haber una fuerte presencia norteña en los distintos seleccionados nacionales: Los Pumas, Los Jaguares, Pumas Seven, y Los Pumitas.

Por ejemplo, por primera vez en la historia del rugby argentino, en la primera semana de junio la Unión Argentina de Rugby (UAR) llegó a tener a todos sus seleccionados al mismo tiempo distribuidos por distintas partes del mundo (Los Pumas en Inglaterra, Los Jaguares en Estados Unidos, Los Pumas Seven en Escocia y Los Pumitas en Francia y Japón). Y en cada uno de esos planteles hubo presencia tucumana. No sólo jugadores aporta Tucumán a la UAR, también directores, managers, técnicos, médicos y preparadores físicos.

El hecho es que si hoy sumamos, son 28 los nombres de tucumanos que representan a la Argentina en los distintos seleccionados. Un nuevo récord, y una muestra más de que el deporte de la ovalada sigue vigente en la provincia más chica del país. Como en la década dorada, el rugby volvió a vivir en Tucumán.

» LOS TUCU-PUMAS

La lista de jugadores tucumanos que integraron los distintos planteles de Los Pumas a lo largo de la historia, desde Julio Bach en 1975 hasta Álvaro Galindo y Álvaro Tejeda en este 2009, superan los cincuenta. Los Pumitas, en tanto, pasaron la barrera de los ochenta, desde José Salas en 1978 hasta los seis chicos que disputaron este año el Mundial Sub 20 de Japón.

» CAMPEONATOS ARGENTINOS

En 1966 Tucumán fue por primera vez subcampeón del Campeonato Argentino, máximo certamen nacional que se juega desde 1945. En 1975 logró el mismo puesto. Por aquellos tiempos era muy difícil para Tucumán llegar a una final, porque Buenos Aires presentaba dos equipos (Capital y Provincia) y porque en la década del 60 el mejor plantel del interior era Rosario. En los 70 lo fue Mendoza. A partir de los 80, Tucumán comienza a tener más presencia en las finales: pierde la de 1981 en Salta y la de 1982 en San Juan. Finalmente, el 6 de octubre de 1985 se consagra campeón por primera vez en su historia. Le gana a Buenos Aires en la cancha de San Martín, de Buenos Aires, por 13 a 9. Fue un triunfo inolvidable, con sabor a hazaña. Había sorprendido al país al derrotar al equipo liderado por Hugo Porta, integrado por doce Pumas. Fue el arranque de una época que marcó a fuego la historia del rugby de Tucumán, la llamada época dorada y el nacimiento de una mística denominada “naranja” (por el color de la camiseta). Tucumán se volvió a adueñar del primer puesto en los torneos de 1987, 1988, 1989, 1990, 1992, 1993. Luego de doce años, recién recuperó la corona en 2005.



Unión de Rugby de Tucumán

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